Timo

Abella polinitzant el timo, cap d'ase, timol

Timo

Romani

Abella polinitzant el romani

Romani

Benvingut

WWW.AGA.CAT

Benvingut

Bienvenido

WWW.AGA.CAT

Bienvenido

Welcome

WWW.AGA.CAT

Welcome

La colmena por dentro

abejas

Existe una gran flexibilidad en la relación edad-actividad, sin embargo esta secuencia puede cambiar según las condiciones imperantes dentro y fuera de la colmena.

 

La reina es el único individuo reproductor de la colmena. Procede de un huevo fertilizado (diploide) que es alimentado única y exclusivamente con jalea real, tanto en su estadio de larva como de adulto. La reina joven copula en un único vuelo, denominado nupcial, con varios zánganos guardando el semen en su espermateca. Según el tamaño de las celdillas y los requerimientos de la colonia, la reina puede poner huevos fecundados (para criar obreras) o sin fecundar (para criar zánganos). Su vida se estima en poco más de 3-4 años, con una capacidad máxima de puesta alrededor de los dos años, periodo tras el cual es sustituida por otra una vez que no es capaz de producir suficiente cantidad de feromonas reales encargadas de mantener la cohesión de la colonia de abejas.

 

Las obreras son los individuos de menor tamaño de la colonia de abejas y forman el grueso de su población. Proceden de huevos fecundados (diploides) y durante su desarrollo larvario son alimentadas con jalea real exclusivamente los tres primeros días y posteriormente con miel y polen. La duración de la vida de la abeja obrera varía extraordinariamente según las diferentes épocas del año. Así las abejas que se crían durante la primavera tienen una esperanza de vida de alrededor de 35 días, mientras que las que se crían a finales de verano o principios del otoño, pueden llegar a vivir más de 3-4 meses. A lo largo de su vida, realiza diferentes tareas dentro de la colonia de abejas. En los primeros días (7-12 días) se encarga de la limpieza de la colonia y la alimentación de la cría, momento en que las glándulas hipofaríngeas encargadas de la producción de jalea real adquieren el máximo desarrollo (nodrizas), aunque pueden seguir alimentando a larvas de último estadio hasta edades más avanzadas. A partir de la tercera semana, la actividad se hace más variada y menos relacionada con la edad en sí y empieza a realizar vuelos de orientación, tareas de limpieza, extracción de abejas y larvas muertas, coloca polen en las celdas, construye panales, opercula celdas, madura néctar, aplica propóleos o recibe néctar de las abejas que regresan del campo. Hacia finales de la tercera semana, la mayoría de las abejas realizan funciones de vigilancia. La regulación de la temperatura dentro de la colonia de abejas es una tarea esencial para el buen desarrollo de la cría e incumbe activa o pasivamente a todas las abejas, sin perjuicio de edad o casta. La temperatura dentro de la cámara de cría debe mantenerse constante a unos 34-35ºC. Las abejas pueden reducir la temperatura mediante movimientos y aleteos de ventilación, por evaporación de agua, dispersándose por toda la colmena o formando un “racimo” fuera de la entrada de la misma (“barba”). El aumento de la temperatura lo consiguen por irradiación de calor metabólico con actividad muscular, o combinando ésta con un mayor contacto físico (formación de “racimo” o “piña”).

 

Otra tarea de vital importancia en la colonia de abejas es la formación de la cera y construcción de panales. En las celdillas de los panales de cera es donde se produce la fase de metamorfosis de huevo a adulto y donde se almacenan los alimentos (miel y polen) que la colonia utiliza de reserva. La cera de abejas, el material usado por las abejas melíferas en la construcción del panal, es segregado por las glándulas cereras que sólo poseen las obreras. Las glándulas cereras están mejor desarrolladas y son más productivas en abejas de 12 a 18 días. La cera es secretada en forma de pequeñas escamas que se producen en las glándulas localizadas en la parte ventral de los últimos cuatro segmentos abdominales, en los espacios intersegmentarios. La cera es secretada con temperaturas ambientales superiores a los 25-30ºC después de un consumo de cantidades relativamente altas de miel o néctar.

 

En la última fase de su vida, las abejas se encargan de la recolección del polen, propóleo (transportando ambos en las corbículas de las patas), néctar y agua. El néctar, tras ser transportado a las colmenas por las abejas pecoreadoras, se intercambia con las abejas de interior que se encargan de depositarlo en las celdillas destinadas a albergar la miel. Éstas mediante diferentes acciones físicas eliminan el exceso de humedad del néctar y le añaden enzimas que portan en su saliva, dando como resultado la conversión del néctar en miel. Una vez las celdillas están llenas de miel, las operculan con una fina capa de cera (opérculo) para evitar su fermentación.

 

A pesar de lo descrito, existe una gran flexibilidad en la relación edad-actividad. Normalmente si existe la secuencia típica anteriormente descrita de actividad según las edades, sin embargo esta secuencia puede cambiar según las condiciones imperantes dentro y fuera de la colmena. Las abejas de una misma edad cronológica tienen capacidad de cambiar con gran rapidez de “edad fisiológica”, pudiendo pasar a desarrollar tareas de abejas más adultas cuando es necesario.

 

Por último, los zánganos son individuos de mayor tamaño que las obreras. Y proceden de huevos sin fecundar (haploides). Carecen de aguijón y poseen una lengua corta que utilizan para tomar alimento que le dan las obreras o recogen de las celdillas donde se almacena, careciendo de capacidad de tomar néctar de las flores. No tienen ni corbículas para la recogida de polen ni glándulas cereras, aunque si participan en las tareas de termorregulación. Su misión principal es fecundar a las reinas vírgenes en los vuelos nupciales, pagando con su vida la copulación (Dadant, 1975). Las colonias normales comienzan a criar zánganos en primavera y verano. El número de zánganos que se cría es variable, según las necesidades de la colmena, aunque lo normal es que existan algunos cientos en la época de mayor entrada de néctar en la colmena. Hacia finales del verano, cuando disminuye la cantidad de néctar disponible en el campo y la colonia de abejas se prepara para la invernada, las abejas impiden a los zánganos alimentarse con los depósitos de miel y suelen expulsarlos de la colmena, donde mueren de hambre y frío. También son eliminados en situaciones de escasez de néctar en cualquier época del año.


Fuente : noticiasapicolas
Facebook: Apicultors Gironins Associats
Twitter: @AGA_Catalunya

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar